sábado, 12 de septiembre de 2009

La primera legisladora


La primera legisladora


VANESA TÉLLEZ - PROFESORA EN HISTORIA


Allí donde la tierra es árida, sólo llueve de vez en cuando, el aire se hace quemante y la luna ahueca un cielo infinito. Allí... en La Rioja, nació Emar Timotea Acosta un 22 de agosto cuando comenzaba el '900.Avanzando un paso más allá de lo que concedían las expectativas sociales, se propuso estudiar Abogacía, algo que a los ojos provincianos resultaba insólito. Era muy joven, mariposa que acababa de dejar la crisálida, frágil como una hoja al viento que decide volar hacia lo inesperado, segura de su propio destino.Decidió trasladarse a Buenos Aires, la ciudad bullente de inmigrantes y criollos; de radicales, socialistas y anarquistas; de una recién llegada Ley Sáenz Peña y de mujeres que iban más rápido que los tiempos: Elvira Rawson, Alfonsina Storni, Alicia Moreau, Julieta Lanteri y su propia hermana Leticia.Se recibió de abogada en 1926 y a los pocos días se radicó en nuestra provincia en su casa de avenida Rioja. Un año después de haber tenido el privilegio de ser la primera mujer matriculada en el Foro de Abogados sanjuanino, comenzó su carrera en la función pública con el cargo de Defensora de Menores ofrecido por el gobierno del Dr. Aldo Cantoni.Mientras en el resto de la Argentina las mujeres se encontraban sometidas a los valores patriarcales que limitaban los derechos cívicos a los varones, en San Juan se hacía realidad el primer sufragio verdaderamente universal al incorporar en el electorado a las mujeres, derecho que había consagrado la Constitución Provincial de 1927.Sin militancia activa en ningún partido político, Emar Acosta integró entusiastamente la Asociación de Cultura Cívica de la Mujer Sanjuanina y aceptó la candidatura como diputada que le ofreció el Partido Demócrata Nacional, convirtiéndose en 1934 en la primera mujer en acceder a una banca legislativa en la provincia, el país y América latina.Partidaria de la educación laica, el divorcio y la protección a la maternidad y la niñez; su labor legislativa se centró en la lucha por el salario y el trabajo obrero, la salubridad pública y la reforma de los códigos provinciales, en vista de reparar las necesidades y derechos naturales de la mujer.Fue autora y copartícipe de innumerables proyectos que se cristalizaron en acciones: la reapertura y nacionalización de la Escuela Normal Hogar Agrícola de San Martín, la creación y sostenimiento de comedores populares y del Patronato de Menores, destinado a proteger niños huérfanos, desvalidos y delincuentes. Propició la construcción de viviendas y hogares obreros, la adquisición de un consultorio médico ambulante y la formación del Fondo de la Industria para permitir trabajos en distintos oficios en la cárcel pública y casa de corrección.Finalizada su labor legislativa, se dedicó a sus otras dos vocaciones: la abogacía, especialmente en causas relacionadas con la minoridad y la familia, y a la docencia, desempeñándose por más de veinticinco años como profesora en el Colegio Nacional "Mons. Dr. Pablo Cabrera" y en el Liceo de Señoritas.Pero el tiempo cobró su tributo a tanto empecinamiento de lucha y quebrantó imprevistamente su salud. Su vida se apagó de repente el 24 de abril de 1965, en Capital Federal, donde había refugiado sus últimos años.

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